Sin las pruebas se vive la debilidad

“pero él me respondió: «Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad». Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte“. (2 Cor 12,9-10)

Mientras estaba haciendo mi estudio bíblico anoche, leí estos versos y quedé fascinado; escribí una frase titulada: “un misionero sin pruebas es un misionero débil“. En ese momento recordé cuántas fueron las grandes tribulaciones y sequías espirituales que tuve durante el año, y luego (como mirándome al espejo) vi a una persona más viva, fuerte y feliz que nunca; miro atrás y sonrío tras haber soportado tantas cosas, y reafirmo lo que dice Pablo: “por eso me complazco en mis flaquezas…pues cuando soy débil, entonces es cuando soy fuerte“.

Si tu aún estás pasando por muchas pruebas que parecen de nunca acabar, asume esta Palabra con mucha confianza, aún siendo ciega; los problemas que estás pasando ya tienen una fecha y hora de conclusión, de eso no tengas ninguna duda. Lo que aquí debes entender es que no hay otra vía por la cual una persona pueda tener fortaleza, y es por eso que Dios permite lo que te ocurre: para que seas fuerte. No es ningún “hobbie” o algún “juego” lo que te está ocurriendo; es una gracia que está reafirmando tu ser “hijo de Dios” en todos los aspectos: espiritual, física, emocional. Cuando en el futuro aparezcan otras tribulaciones, el resultado de lo que pasa en la actualidad será el arma con la cual podrás ahuyentar a los problemas: ¡creélo!.

Te invito a que repitas conmigo esta oración y asumas las fuerzas que Dios te está dando:

Señor, sé que tu gracia me basta y que en mi flaqueza es tu fuerza la que actúa, pero hoy necesito decirte que deseo ardientemente recibir esa fortaleza que viene de Ti; deseo esa fuerza para asumir que mis problemas ya tienen una sentencia hecha, y así aguantar firme hasta el día que mis ojos vean tu promesa cumplirse. ¡Tú eres el Señor de mi vida! ¡Te amo, Jesús!.

¡Ánimo hermano/a! Jesús ya venció, y está cercano a nosotros.

Fernando Ugarte
Canción Nueva Paraguay