¡Vive tu vida cotidiana con Dios!
Hoy en día vivimos un fenómeno que se ha ido acrecentando con el tiempo. Los asombrosos avances científicos y tecnológicos han hecho que perdamos nuestra capacidad de ver lo extraordinario en lo cotidiano. Estamos tan encandilados con nuestros logros, que difícilmente vemos el paso de Dios en lo pequeño y cotidiano de nuestra vida diaria.
Y menos ponemos atención a los grandes logros de Dios en nuestras vidas. En cambio, lo vamos dejando cada vez más al margen de lo que vivimos día a día y poco nos sorprendemos de su acción amorosa. El espacio que le dejamos a nuestro Padre Dios muchas veces queda reducido al fin de semana, al tiempo que dure la eucaristía, al momento del apostolado, a la reunión comunitaria o incluso al espacio físico sagrado del templo. ¡Por supuesto que Dios está en ello!…pero ¿sólo en aquellos espacios? La respuesta parece ya sabida: “no, Dios está en todo momento y en todas partes”. Entonces, si sabemos esta respuesta ¿por qué sigo viviendo el resto de la semana como si Dios no estuviera presente? continuar leyendo