Fundador de la Comunidad Canción Nueva

 La música católica es una punta de lanza en la evangelización. Y por ser punta fina, penetrante, abre brecha y no hay nada que a ella resista. Con la música viene el poder de Dios y esa punta de lanza penera los corazones más endurecidos. No son apenas emociones que la música produce, sino es el poder de Dios, la presencia del Espíritu Santo y de los ángeles a través de la música. En la música de Dios están los ángeles, que van en esa punta aguda de la lanza. Ellos penetran los corazones. No es la belleza de la secuencia de acordes, es el poder de Dios, son los propios ángeles que van abriendo el corazón de aquellos que la escuchan.

Después que la punta de lanza entró, el resto entra. Hasta la misma lanza entera, como sucedió en el corazón de Jesús. La punta de lanza entró y entera se clavó: abrió una brecha en el corazón de Jesús. Y esa brecha estará abierta eternamente. Por eso, la música no puede ser llevada de cualquier manera.

La música prepara el ambiente para la acción del Espíritu Santo, para llenar, con la presencia de los ángeles, el lugar donde la música de Dios es cantada. Cuando se canta la música de Dios, los ángeles vienen cantan, alaban!

En cuanto hubiera adoración y alabanza de hombres, va a acontecer alabanza y adoración de los ángeles. Habrá un espíritu de alabanza y de adoración. Habrá poder de Dios sobre aquellas personas y ellas serán tocadas. El poder de Dios se manifiesta. “Entonen juntos salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y celebrad al Señor con todo vuestro corazón”. (Ef 5,19)

El Señor sabe muy bien el efecto que la música tiene sobre nosotros. Muchas veces, en el Antiguo y Nuevo Testamento, la orden de Dios es: “Cantad al Señor un canto nuevo”. (Sal 96,1)

Existe una “Canción Nueva”, una música nueva, que es del hombre nuevo, de la nueva creatura, de un mundo nuevo. Es la música de Dios que hace nueva todas las cosas. Existe igualmente una “canción vieja”, la música del hombre viejo, de la vieja criatura. Si la “Canción Nueva” hace un gran bien, se contruye en nosotros un hombre nuevo, la música vieja siempre causa estragos, es un elemento destructor del hombre nuevo.

En la vida del homrbe nuevo solo hay lugar para una “canción nueva”. La música vieja, mundana, alienante, sensual y provocadora solo puede ser desterrada. Para no guardar material explosivo, será necesario seleccionar los CDs, DVDs de música de este tipo.

Por causa de nuestra vida cristiana, necesitamos tener la mente y los pensamientos de Cristo. Es imposible implantar la mente y los sentimientos de Cristo en un terreno lleno de lodo de una música mundana.

Fuimos creados para cantar la gloria de Dios. Necesitamos ensayar desde ahora. Hay poco tiempo de ensayo. Luego, luego, el Maestro vendrá y no tardará.

Dios te bendiga!

Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva

Traducción: Daniel Galaz
http://blog.cancaonova.com/ministeriodemusica

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