Hoy comienza un hermoso tiempo litúrgico de la Iglesia llamado “Cuaresma”, que se inicia con la celebración del “Miércoles de Cenizas”. Parecería que la Iglesia comienza a vivir un tiempo de luto: cenizas, color morado, pocos cantos (ni Glorias ni Aleluias), ornamentación sobria en los templos es lo que más se percibe en este tiempo…

 

Pero no es así. Cuaresma es un tiempo de conversión, de volver a los brazos del Padre, como el Hijo Pródigo. Y mira…el Padre, luego de recibirlo, le prepara un gran banquete y una linda fiesta.

Es un tiempo de esperanza, de alegría en el Señor, de reflexión y de recogimiento, que nos hace mirarnos a la luz de la Palabra y de percibir en qué area de nuestra vida debemos entregársela al Señor.

Es un tiempo de intimidad con el Señor…por eso, la ORACIÓN.
Es un tiempo de donarse al prójimo…por eso, la LIMOSNA
Es un tiempo de renuncia y privación para alimentarnos de Dios…por eso, el AYUNO

La invitación en este tiempo es a preparar nuestro corazón, para que de la mejor manera posible, podamos celebrar la Resurrección del Señor.

Dios te bendice

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

Los cristianos, muchas veces, hemos malentendido el verdadero sentido de la santidad y del concepto de ascesis. Esto nos ha llevado a ser represivos y rigurosos con nosotros mismos y con los demás. Queremos llegar a ser como dioses (Gn 3, 5) y ser perfectos como Dios, siendo que sólo Él es perfecto, y que Jesús, cuando nos invita a ser perfectos como su Padre (Mt 5, 48), se refiere a alcanzar la santidad, aún sabiendo que en esta vida no alcanzaremos a ser santos y perfectos como lo es Dios. 

Somos agresivos y reprimidos cuando no aceptamos nuestras faltas, debilidades, el ser imperfectos, el caer una y otra vez, y llegamos a infravaloramos o sobrevalorarnos, tomando la condición del peor pecador del mundo (soy el peor, no deseo recibir tanto amor de Dios, ni su misericordia) o del cordero pascual (yo cargo con todos, yo me echo sobre mis hombros los problemas de los demás). Nos mutilamos, reprimimos nuestros sentimientos o pasiones. Incluso, llegamos a prohíbirnos tener tales o cuales actitudes, bajo pena de duras mortificaciones, siendo que lo más acertado sería reconciliarse con las propias faltas y debilidades, con las propias pasiones, llevarlas amistosamente en vez de gritarles y reprimirlas, proceso que dura toda la vida (Comportarse bien con uno mismo, Anselm Grum)

Sólo Cristo es el Cordero Pascual, que quita el pecado del mundo. No debemos ni infravalorarnos ni sobrevalorarnos. Somos Hijos muy amados de Dios, y el caminar en la verdad, nos hace reconocer lo que realmente somos. Ni los mejores, ni los peores. Eso es humildad.

Si Cristo viene a liberarnos, ¿por qué esclavizarnos más con nuestros propios ideales? ¿por qué imponernos más sacrificios y cruces de los que la vida ya nos entrega?

La verdadera santidad es reconocerse pecador, levantarse y día a día volver a los brazos del Padre (Lc 15, 11-31) y acoger la invitación que nos hace Jesús de no volver a pecar (Jn 8, 11) que en nuestra espiritualidad se traduce en el PHN: Por Hoy No, Por Hoy No voy a pecar más.

La verdadera ascesis significa entrenarse para ser hombre, consiguiendo las habilidades necesarias para una vida plena. Para los místicos, es ejercitarse en la experiencia de Dios. No es negación, sino afirmación, configuración de la vida.

Dios es misericordioso con nosotros y Él nos invita a ser misericordiosos con los demás. Para esto, en primer lugar, debemos ser misericordiosos con nosotros mismos.

Si caemos, comencemos de nuevo! Acudamos a recibir la confesión, sacramento de la Misericordia y del Amor de Dios

Pero por sobretodo, acojamos la “miseri-cordia de Jesús” : Su corazón es atraído por nuestras miserias! 

Dios te bendice!
Daniel Galaz

Acá dejando una entrada a modo de reflexión

En tiempo de elecciones, me pregunto a veces que pasaría si Jesús se uniera a un partido político, para postularse a candidato, primero pensé eso ahora después de pensar les voy a dejar estas reflexiones.

1.- No se uniría a ningún partido político, sino que se quedaría como independiente porque defendería sus creencias hasta la muerte como ya lo hizo.
2.- Haria una campaña limpia sin descalificar a los demas, ya que a pesar de saber todas las cosas malas que han hecho los demas candidatos Él no los juzgaría como no noz juzgo al caminar al calvario.
3.- Su campaña se basaría en la verdad y no en promesas que no puede cumplir
4.- No haría pactos con el enemigo solo con la intención de ganar, ya que el tiene la esperanza de que todos lo elijan a Él sin importar al partido que pertenecieron antes.
5.- Escogería a quien Él quisiera para hacerle campaña sin importar si tiene o no experiencias previas, personas como pescadores, cobradores de impuestos, de todo menos cientistas políticos, tal como para dar su mensaje no escogió a maestros de la ley.
entre otras cosas
Muchas bendiciones
xau

Hola los saludo y les dejo esa nueva entrada

La meta de la evangelización, muchas veces nos preguntamos cual será la meta de la evangelización, cuales deben ser sus frutos y resultados, se cree que es para traer mas gente a la Iglesia, para formar nuevos grupos en las parroquias o para hacer crecer a los que ya existen ahí, pero ¿¿cual será la verdadera meta de evangelizar??

Bueno la verdadera meta de la evangelización es trasformar a las personas de un hombre y una mujer en el pecado a hombres y mujeres nuevos, trasformados por y para Jesús, la meta de nuestra evangelización debe ser que las personas se encuentren con Cristo y que con ese encuentro personal trasformen su vida y la vuelvan para Dios.

por eso los que ya estamos en este camino debemos esforzarnos para usar los medios de comunicación y todos los demas medios para ayudar en esta empresa de salvación que es la creacion de hombres y mujeres nuevos para un mundo nuevo.

bendiciones

Alvaro admin

TEXTO ESCRITO POR Monseñor Francois-Xavier Nguyen van Thuan

En la prisión mis compañeros que no son católicos, quieren comprender «las razones de mi esperanza». Me preguntan amistosamente y con buena intención: «¿Por qué lo ha abandonado usted todo: familia, poder, riquezas, para seguir a Jesús? ¡Debe de haber un motivo muy especial! ». Por su parte, mis carceleros me preguntan: «¿Existe Dios verdaderamente? ¿Jesús? ¿Es una superstición? ¿Es una invención de la clase opresora? ».

Así pues, hay que dar explicaciones de manera comprensible, no con la terminología escolástica, sino con las palabras sencillas del Evangelio.

Primer defecto: Jesús no tiene buena memoria

En la cruz, durante su agonía, Jesús oyó la voz del ladrón a su derecha: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino» (Lc 23, 42). Si hubiera sido yo, le habría contestado: «No te olvidaré, pero tus crímenes tienen que ser expiados, al menos, con 20 años de purgatorio». Sin embargo Jesús le responde: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23, 43). Él olvida todos los pecados de aquel hombre.

Algo análogo sucede con la pecadora que derramó perfume en sus pies: Jesús no le pregunta nada sobre su pasado escandaloso, sino que dice simplemente: «Quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor» (Lc 7, 47).

La parábola del hijo pródigo nos cuenta que éste, de vuelta a la casa paterna, prepara en su corazón lo que dirá: «Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros» (Lc 15, 1819). Pero cuando el padre lo ve llegar de lejos, ya lo ha olvidado todo; corre a su encuentro, lo abraza, no le deja tiempo para pronunciar su discurso, y dice a los siervos, que están desconcertados: «Traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado» (Lc 15, 22-24).

Jesús no tiene una memoria como la mía; no sólo perdona, y perdona a todos, sino que incluso olvida que ha perdonado.

Segundo defecto: Jesús no sabe matemáticas

Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas, quizá lo hubieran suspendido. Lo demuestra la parábola de la oveja perdida. Un pastor tenía cien ovejas. Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga a la pobre criatura sobre sus hombros (cf. Lc 15, 47).

Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá incluso más! ¿Quién aceptaría esto? Pero su misericordia se extiende de generación en generación…

Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo. ¡Contemplemos sus acciones llenas de compasión cuando se sienta junto al pozo de Jacob y dialoga con la samaritana, o bien cuando quiere detenerse en casa de Zaqueo! ¡Qué sencillez sin cálculo, qué amor por los pecadores!

Tercer defecto: Jesús no sabe de lógica

Una mujer que tiene diez dracmas pierde una. Entonces enciende la lámpara para buscarla. Cuando la encuentra, llama a sus vecinas y les dice: «Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido» (cf. Lc 15, 89).

¡Es realmente ilógico molestar a sus amigas sólo por una dracma! ¡Y luego hacer una fiesta para celebrar el hallazgo! Y además, al invitar a sus amigas ¡gasta más de una dracma! Ni diez dracmas serían suficientes para cubrir los gastos…

Aquí podemos decir de verdad, con las palabras de Pascal, que «el corazón tiene sus razones, que la razón no conoce»

Jesús, como conclusión de aquella parábola, desvela la extraña lógica de su corazón: «Os digo que, del mismo modo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta» (Lc 15, 10).

Cuarto defecto: Jesús es un aventurero

El responsable de publicidad de una compañía o el que se presenta como candidato a las elecciones prepara un programa detallado, con muchas promesas.

Nada semejante en Jesús. Su propaganda, si se juzga con ojos humanos, está destinada al fracaso.

Él promete a quien lo sigue procesos y persecuciones. A sus discípulos, que lo han dejado todo por él, no les asegura ni la comida ni el alojamiento, sino sólo compartir su mismo modo de vida.

A un escriba deseoso de unirse a los suyos, le responde: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» (Mt 8, 20).

El pasaje evangélico de las bienaventuranzas, verdadero «autorretrato» de Jesús, aventurero del amor del Padre y de los hermanos, es de principio a fin una paradoja, aunque estemos acostumbrados a escucharlo:

«Bienaventurados los pobres de espíritu…, bienaventurados los que lloran…, bienaventurados los perseguidos por… la justicia…, bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos» (Mt 5, 312).

Pero los discípulos confiaban en aquel aventurero. Desde hace dos mil años y hasta el fin del mundo no se agota el grupo de los que han seguido a Jesús. Basta mirar a los santos de todos los tiempos. Muchos de ellos forman parte de aquella bendita asociación de aventureros. ¡Sin dirección, sin teléfono, sin fax…!

Quinto defecto: Jesús no entiende ni de finanzas ni de economía

Recordemos la parábola de los obreros de la viña: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Salió luego hacia las nueve y hacia mediodía y hacia las tres y hacia las cinco.., y los envió a sus viña». Al atardecer, empezando por los últimos y acabando por los primeros, pagó un denario a cada uno (cf. Mt 20, 116).

Si Jesús fuera nombrado administrador de una comunidad o director de empresa, esas instituciones quebrarían e irían a la bancarrota: ¿cómo es posible pagar a quien empieza a trabajar a las cinco de la tarde un salario igual al de quien trabaja desde el alba? ¿Se trata de un despiste, o Jesús ha hecho mal las cuentas? ¡No! Lo hace a propósito, porque -explica-: «¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?».

Y nosotros hemos creído en el amor

Pero preguntémonos: ¿por qué Jesús tiene estos defectos? Porque es Amor (cf. 1 Jn 4, 16). El amor auténtico no razona, no mide, no levanta barreras, no calcula, no recuerda las ofensas y no pone condiciones.

Jesús actúa siempre por amor. Del hogar de la Trinidad él nos ha traído un amor grande, infinito, divino, un amor que llega -como dicen los Padres- a la locura y pone en crisis nuestras medidas humanas.

Cuando medito sobre este amor mi corazón se llena de felicidad y de paz. Espero que al final de mi vida el Señor me reciba como al más pequeño de los trabajadores de su viña, y yo cantaré su misericordia por toda la eternidad, perennemente admirado de las maravillas que él reserva a sus elegidos. Me alegraré de ver a Jesús con sus «defectos», que son, gracias a Dios, incorregibles.

Contemplemos juntos el misterio de este amor misericordioso.

LOS DEFECTOS ENUMERADOS EN EL LIBRO SON CATORCE, AQUI ESTAN SOLO LOS MAS DESTACADOS PERO

LOS DEMAS NO SON MENOS IMPORTANTES, SI ALGUN DIA PUEDEN CONSEGUIR EL LIBRO

COMPLETO SE LOS RECOMIENDO, SOBRETODO PARA PERSONAS QUE ESTEN EN CAMINOS VOCACIONALES

O DENTRO DE SEMINARIOS O COMUNIDADES RELIGIOSAS.