¿A qué es lo que te llama el Señor, cuál es Su voluntad?. ¿No te has preguntado todavía, no sabes para dónde va tu vida?
En este programa compartimos con Gustavo, hermano argentino que estaba de visita en nuestra comunidad, el tema de la Vocación al Sacerdocio…puede ser que el Señor te esté llamando a ser su Sacerdote…estás dispuesto?

Dios te bendice!

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

De “Tomás, el Musical”, dejamos con ustedes esta hermosa canción vocacional…’Un llamado especial’.
Todos tenemos un llamado a entregarle nuestras vidas a Dios, a ser de Él, a ser santos…pero a otros, Él los llama a consagrar su vida, para amar solo a Dios y a su Iglesia.

Dios los bendice!

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

En el día 3 de setiembre de 1949, yo estaba partiendo para entrar en un seminario de los Salesianos en Lavrinhas – Brasil

Estaba determinado, pero no fue fácil dejar mi casa, mi padre, mi madre, mi hermano y principalmente mi primera hermana, que en aquella época tenía solamente un año de edad.

Antes de su nacimiento, mama había contraído tuberculosis. En aquel entonces, la tuberculosis era una enfermedad difícil de tratarse, ella sufrió durante siete años. Aun enferma mi madre ayudaba a mi padre. Ella trabajaba como modista: era un tipo de costura pesada: cosía ropas para el ejército.

Durante el tratamiento, por determinación de la doctora, ella no podía quedar embarazada. Lo logró durante un buen tiempo, pero después de siete años ella se embarazó. Cuando fue al médico, él dijo: “La señora no podía embarazarse. Vuelva al hospital mañana y nosotros haremos el aborto del niño”. Mi madre respondió: “No doctor, no lo haré”

Ella miró fijamente al doctor y no dudó: “Si usted no quiere ayudarme, está bien. Estoy volviendo a casa y no vengo más aquí. Muchas gracias por todo. Pero yo no abortaré”. Mamá fue muy determinada. Este fue el médico que cuidaba de ella hacía más de siete años.

Fue junto a otro médico que, por providencia, la recibió muy bien y le dijo: “Mi hija, vas a lograrlo. Yo te ayudaré. Tu actitud de no querer abortar a este niño fue correcta” .

Mamá permaneció firme y determinada durante todo su embarazo. Y nació mi primera hermana, María. Después del nacimiento, mamá quedo completamente curada de la tuberculosis y no necesitó volver al médico.

Debemos reconocer las consecuencias de nuestras decisiones. […] El Señor realiza grandes obras, a partir de un sencillo sí que damos.

Texto extraído del libro “Vocación: Un desafió de amor”
Mons Jonas Abib. Fundador de la Comunidad Canción Nueva

De una manera creativa, dinámica, hasta de buen humor, si se quiere, el Seminario Metropolitano de Buenos Aires, Argentina, preparó este video vocacional, para los llamados al sacerdocio.

Vaya nuestro homenaje a este hombree que, despojándose de sí mismo, se reviste del Espíritu Santo para ser otro Cristo para el mundo: el sacerdote

Dios los bendice!

cancionnueva.com.es

Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al Horeb.
Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza. Al ver que la zarza ardía sin consumirse, 3 Moisés pensó: “Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume?”.
Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: “¡Moisés, Moisés!”. “Aquí estoy”, respondió él.
Entonces Dios le dijo: “No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa”.
Luego siguió diciendo: “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Moisés se cubrió el rostro porque tuvo miedo de ver a Dios.
El Señor dijo: “
Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos.
Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos. 
El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto cómo son oprimidos por los egipcios. 
Ahora ve, yo te envío al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas”. (Ex 3, 1-10)

De este texto bíblico, podemos desprender algunas ideas que nos ayudan a entender la vocación de Moisés, y nuestra propia vocación.

1. Moisés, como cada día, llevaba a las ovejas a pastar. Era un día cualquiera. Sin embargo, esa vez se decidió llegar hasta el monte Horeb. Fue Dios quien le habló, no fue Moisés que fue con la intención de “ser llamado” por Dios, fue una iniciativa generosa de Dios. Así sucede con nosotros. No fuimos nosotros quienes escogimos a Dios, fue Él quien nos escogió primero. Y el llamado de Dios muchas veces acontece en el día a día, dentro de nuestras actividades normales. Es ahí donde Dios se manifiesta, pero también depende de que nosotros queramos escuchar la voz de Dios, de subir a la montaña de Dios, ir más allá.

2. Dios habló en una zarza, que ardía, pero no se consumía. Cuando escuchamos la voz de Dios, nuestro corazón arde, es llenado por un fuego que quema, pero no ‘destruye’, al contrario, construye, va haciendo todo de nuevo, va edificando nuestro corazón.

3. Dios llamó a Moisés por su nombre. Es así cómo Dios nos llama, por nuestro nombre. Me identifico y nos identifican por nuestro nombre. Dios nos conoce, no llama a otro, TE LLAMA A TI, no a otros, no llama a un montón de personas, a una masa. Nos llama individualmente.

4. Cuando le decimos a Dios, aquí estoy, o heme aquí, como le dijo Moisés, Él nos invita a descalzarnos, a despojarnos. Reconocemos la grandeza de Dios y nuestra pequeñez. Como María, decimos: “ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava” (Lc 1, 48) El Dios que nos llama, es un Dios que está vivo, por eso dice: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, Isaac y el de Jacob.

5. Cuando Dios llamó a Moisés, lo llamó para una misión. Dios vio la realidad de su pueblo: eran esclavos, era un pueblo que sufría. Y Dios, le encomienda liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Dios, HOY, ve la realidad de su Iglesia, de su Pueblo, o de alguna situación particular, y te llama a ti para anunciar la Buena Nueva, a través de un carisma específico.

Qué lindo es el sueño que Dios tiene con cada uno de nosotros. Seamos dóciles a su llamado. No tengas miedo. Su voluntad, es nuestra felicidad. Él nos destinó a ser santos, a ser felices, y a ser a los demás felices también.

Dios te bendice!