Ya hemos caminado algunos días en este tiempo de Cuaresma, pero, realmente, ¿hemos estado viviendo la cuaresma? Si no la hemos vivido, ¡todavía estamos a tiempo!

¿Cómo vivirla?

La cuaremsa, es un tiempo de ‘retiro’: me retiro de la bulla, de las grandes celebraciones, de las músicas estridentes, de grandes comidas, para entrar en el recogimiento, en el silencio, en la sobriedad, para revisar cómo está mi vida. Son cuarenta días, para luego, celebrar con bombos y platillos 50 días del Tiempo Pascual, la fiesta de las fiestas: Cristo el Señor resucitó.

Para esto, la Iglesia nos invita a la oración, a la limosna y al ayuno. No es que solo en estos cuarenta días oremos, demos limosna y ayunemos, y una vez terminado este tiempo, vuelvo a mi vida ‘normal’. No. Sino que es un intensificar mi oración, o, si ya no oro, retomarla. Creo que la mejor frase que define el estado permanente de oración es ‘intimidad con Dios’. Y Cuaresma es este tiempo propicio de intimidad, Dios y yo, a solas. Solo mediante la oración, Dios me revela su rostro y mi verdad. Así, podré revisar mi vida y, acogiendo su Palabra y dirección, convertirme cada día más.

Pero mi vida, no es solamente entre Dios y yo. Él también nos dio hermanos con los cuales compartir: nuestro prójimo. Para santificar mi relación con mi prójimo, la Iglesia nos invita a la limosna, donde doy algo de mí que le puede ayudar a mi hermano: bienes materiales o espirituales, mi tiempo, mi compañia, escucharlo, aconsejarlo. ¡Son tantas cosas con las que podemos ayudar!

Y por último, el ayuno, es la relación que tengo conmigo mismo: yo me privo voluntariamente de los bienes materiales, imitando a Jesús, para desde ya comenzar a vivir el Reino de los Cielos. 

Todas estas prácticas nos ayudarán a entrar en este tiempo de Cuaresma. Yo no tengo que orar, dar limosna o ayunar para que los demás se percaten, sino para convertir más mi corazón, y el Padre que ve en lo secreto nos recompenzará.

Si quieres tener más formación sobre lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica, te invitamos a acceder a:

+La penitencia interior 
+Diversas formas de penitencia de la vida cristiana
+Los Mandamientos de la Iglesia
+Los actos del penitente

 

¡Dios te bendice!
Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

Te invitamos a escuchar este programa de Radio, donde compartiremos sobre el Ayuno.

Dios te bendice!

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

Sabes qué es Cuaresma? En el programa de esta semana, compartiremos sobre este tiempo Litúrgico que la Iglesia está viviendo. Escúchalo! Si tienes problemas con el reproductor, descárgalo en MP3 aquí.

Dios te Bendice!

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

Cuando un muchacho está interesado en conocer a una niña hace todo lo posible por saber de ella: cómo se llama, qué hace, dónde vive, etc…No se conforma con que otros le hablen ‘de ella’, sino que Él quiere hablar ‘con ella’. Es así como nace una amistad y un posible noviazgo.

Así mismo sucede con Dios. Él ‘anhela’ tener una intimidad con nosotros. Él quiere hablar, dialogar con nosotros. Y tú, ¿quieres conocer a Dios, saber cómo piensa, cómo actúa? Pues búscalo, conversa con Él, que Él se deja encontrar, sobre todo en esta cuaresma, que es un tiempo ‘especial’ de intimidad cno el Señor. En realidad, Dios siempre está a nuestro lado hablándonos, solo que muchas veces no nos percatamos de eso.

Dios hace todo lo posible para hablar con nosotros: a través de los acontecimientos, o de un amigo, o de nuestros familiares, de un sacerdote, por medio de la Sagrada Escritura. Él nunca nos abandona, tanto así que Él se quedó en medio de nosotros en su Palabra.

Es su Palabra quien nos transforma, nos fecunda, nos llena de esperanza. ¿A cuántas personas que han estado por tristezas o tribulaciones, la Palabra le devuelve la alegría y la fortalece para enfrentar las diversas situaciones de la vida?

Cuando Dios hizo la creación, “Él dijo: ‘haya luz’ y hubo luz” (Gn 1, 3); dijo también: ‘hagámos al ser humano’ (Gn 1, 26) y creó al ser humano. De su boca salió aliento de vida, y el hombre fue un ser viviente (Gn 2, 7). Es decir, de la boca de Dios sale vida. Es por eso que la Palabra tiene fuerzas para transformar nuestras vidas.

Y lo más lindo es la promesa que sigue: La Palabra que sale de su boca no volverá a Él vacía, sin producir frutos (Cf. Is 55, 11). Es Dios quien promete eso! Él produce en nosotors los efectos que Él desea.

En cuaresma, acerquémonos cada vez más a Dios por medio de su Palabra. Es Él quien nos convierte y realiza en nosotros su obra.

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

Si en una encuesta mundial preguntaran ¿”Quieres ser feliz?”, es muy probable de que el 100% de los encuestados responderían que “sí”.

Pues es lógico que lo que más busca el ser humano es estar bien, vivir en alegría, no pasar hambre, ni que su país esté en guerra. Y eso es bueno, pues Dios puso en nuestro corazón un ardiente deseo de alcanzar la felicidad. Y cuando Dios nos creó, Él vio que todo estaba muy bien (Gn 1, 31).

Es el propio Dios quien, en primer lugar, quiere que nosotros seamos felices. Si Él es toda bondad, cómo podría salir un deseo negativo de Él hacia nosotros, que somos sus hijos amados?

Pero para ser realmente felices, debemos satisfacer ese deseo que Dios colocó en nuestro corazón. Y de qué manera podremos ser realmente felices, te preguntarás. La palabra nos responde: “Dios pone delante de nosotros la vida y el bien, la muerte y el mal” (Cf. Dt 30, 15).

Tranquilo, no es que Dios ponga delante de ti esos dos caminos y te deje solo sin darte más pistas ni indiacaciones. “Si escuchas los mandamientos de tu Dios, amándolo, siguiendo sus caminos y guardando sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y te multiplicarás. Escoge la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Cf. Dt 30, 16a.19b)

Nadie bebe un líquido de una botella que diga ‘veneno’. Dios no te va a decir que escojas el camino que lleve a la muerte. ¿Percibes cuánto amor Dios tiene, al decirte que escojas la vida? El mundo jamás te dará lo que Dios te dará, al contrario, te dará la muerte y el mal.

En este tiempo de Cuaresma, amemos a Dios, escuchemos su voz, estemos en comunión con Él. En ello estará nuestra vida así como la prolongación de nuestros días. Solo asi, podremos ser felices, a pesar de las dificultades propias de la vida (Cf. Dt 30, 20)

Dios te bendice

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva