Orar es hacer violencia a Dios

Tenemos de nuevo uno de los temas predominantes en el evangelio de Lucas: la oración

Quiero recordarte una vez más lo que dice Santiago: “No tiene porque no piden, piden y no reciben porque piden mal” (St 4,2b) San Alfonso de Ligorio decía algo que vemos muy claro en este pasaje: “Orar es hacer violencia a Dios” y ¿qué es violencia? Es utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo, a veces hasta usando medios ofensivos o poco convencionales. Vemos que la viuda había exigido durante mucho tiempo: “¡Hazme justicia!” (18, 3) y el juez “injusto” se dice a sí mismo, aunque no teme a Dios, ni a los hombres: “Le voy a hacer justicia para que deje de importunarme” (18, 5) O sea, la viuda hizo violencia el juez y alcanzó su pedido. Ahora bien, Dios también es Juez, y es EL Juez, pero uno justo, él es el único justo.

San Lucas, hace unos domingos, nos exhortó a tener fe, hoy, nos exhorta a insistir, continuar, perseverar en el pedido, seguir pidiendo sin desfallecer en la fe ni en la constancia, pues, “¿No hará Dios justicia a sus elegidos que están clamando día y noche? ¿Les hará esperar? (18, 7)

Mi hermano, no sé cual o cuales sean tus pedidos hoy, pero hoy la Palabra te dice: ¡pide! Y que tu respuesta sea positiva ante esta pregunta: “Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?” (18, 8b) que tu respuesta sea: “la mía Él encontrará”

Haz violencia en la oración, como la viuda. No dejes de tener por falta de pedido.

Retoma tu vida de oración, hoy mismo, en este momento. No basta pedir con fe una vez, es necesario, pedir, pedir sin para ni desfallecer. Ora con insistencia por tus causas, retoma tu visita al Santísimo, el rezo del Rosario, el estudio de la Palabra. Retoma tu “hacer violencia” y el Justo Juez, hará justicia a tu pedido, si este es para tu salvación

Marisa Reyes Franco
Comunidad Canción Nueva

Fuente: cancionnueva.com.es

Hoy comienza un hermoso tiempo litúrgico de la Iglesia llamado “Cuaresma”, que se inicia con la celebración del “Miércoles de Cenizas”. Parecería que la Iglesia comienza a vivir un tiempo de luto: cenizas, color morado, pocos cantos (ni Glorias ni Aleluias), ornamentación sobria en los templos es lo que más se percibe en este tiempo…

 

Pero no es así. Cuaresma es un tiempo de conversión, de volver a los brazos del Padre, como el Hijo Pródigo. Y mira…el Padre, luego de recibirlo, le prepara un gran banquete y una linda fiesta.

Es un tiempo de esperanza, de alegría en el Señor, de reflexión y de recogimiento, que nos hace mirarnos a la luz de la Palabra y de percibir en qué area de nuestra vida debemos entregársela al Señor.

Es un tiempo de intimidad con el Señor…por eso, la ORACIÓN.
Es un tiempo de donarse al prójimo…por eso, la LIMOSNA
Es un tiempo de renuncia y privación para alimentarnos de Dios…por eso, el AYUNO

La invitación en este tiempo es a preparar nuestro corazón, para que de la mejor manera posible, podamos celebrar la Resurrección del Señor.

Dios te bendice

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva