Muchas veces quedamos desanimados o frustrados al darnos cuenta de nuestras debilidades, miserias y pecados, sobre todo cuando “siempre caemos en el mismo pecado”.

Frente a esta situación, Dios siempre saca algo bueno, incluso cuando nosotros caemos en pecado. Es un misterio, pues el pecado engendra muerte, pero como Dios no quiere que el pecador muera, sino que se salve, aún en esas situaciones de pecado Él destruye otros pecados en nosotros que nos hacen acercarnos a Él y volver a nuestro lugar, tales como el orgullo, la autosuficiencia, la buena fama y el buen nombre.

Cuando queremos ser perfectos y santos con nuestras propias fuerzas y no lo logramos, caemos y pecamos, nuestro orgullo es quebrado. Percebimos que no somos santos ni perfectos, que somos limitados, tenemos defectos. Como el pecado afecta también a otras personas (incluso los pecados personales al herir al Cuerpo Místico de Cristo) nuestro buen nombre o fama cae por tierra. Así, bajamos del lugar en el cual creemos estar y es Dios quien sube: Solo Él es el Santo y Perfecto, ante quien nos humillamos para, arrepentidos, pedirle perdón.

No es que Dios quiere que pequemos, de ningún modo, pero aveces Él permite que nos soltemos de su mano, después de mucho insitistirle a nuestro Padre que queremos caminar sin su ayuda y, caminando solos, nos damos cuenta de que somos niños pequeños que no sabemos valernos por nosotros mismos.

Si fuésemos perfectos no necesitaríamos de Él, nos bastaríamos nosotros mismos y, no necesitándoLo, no seríamos salvos, puesto que por nosotros no obtenemos esa salvación.

Podríamos preguntarnos si es necesario pecar para arrepentirnos, pedir perdón y así tener la salvación; no creo que sea necesario, pero el pecado es una realidad de la cual en esta vida no podemos escapar: siempre estaremos pecando.

Esta realidad no es para desanimarnos, de ninguna forma. Todo al contrario, Jesús en su Palabra nos dice “ánimo, yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33). El Señor nos anima, existe esa esperanza de que un día también podamos vencer con Él situaciones de pecados, apegos, afectos desordenados, comodidades, etc.

Entonces, ¿es un rendirse y no luchar? No. Es un “vete y no peques más”, y ten “ánimo, que he vencido al mundo” lo que nos dice Jesús. Es un PHN (Por Hoy No voy a pecar) …pero si pecas, reconócete pequeño delante de Dios, acude al sacramento de la confesión, y continúna luchando contra el pecado…PHN…

“Ánimo, he vencido al mundo”

Dios te bendice

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

En 2 minutos, ve lo que fue el PHN 2010…

Dios te bendice!

Este final de semana (del 23 al 25 de Julio) más de 150 mil personas pasaron por nuestra Comunidad Canción Nueva en Brasil en el Encuentro PHN 2010. Un Centro de Evangelización lleno diciéndole NO al pecado y SÍ a Dios y a una vida en santidad. Les dejo alguna de las prédicas del Encuentro con traducción al español, prédicas que hablan de santidad, conversión, pecado, afectividad y sexualidad. O Santos o Nada!


Dios te bendice!

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

En este video, te invitamos a participar de este gran encuentro con más de…!100 mil jóvenes diciéndole no al pecado y sí a la santidad en Dios!

Te esperamos!

Dios te bendice

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

Hablar de castidad es ir más allá de no tener relaciones sexuales, al igual que hablar de virginidad implica el no tener relaciones sexuales antes del matrimonio.

A lo que me refiero es que cuando hablamos de castidad o de virginidad no sólo nos referimos a la pureza del cuerpo, sino que también implica pureza de mente, de espíritu y de intención.

Es decir, no podemos hablar de pureza si a través de la mente, de la vista y por todos los sentidos se han fomentado emociones, pensamientos y deseos que están muy lejos de llamarse vivencia de la castidad.

La castidad implica todo nuestro ser, es decir, cuerpo, mente y espíritu. Es la manera más plena de vivir tu sexualidad.

Es una realidad contundente que vivir la castidad no es fácil, de lo contrario, se requiere de mucha fortaleza para vencer las tentaciones e ir contra corriente en un mundo lleno de falsas ideas de felicidad y de amor. Sin embargo es posible lograrlo ya que para eso Dios nos ha regalado las facultades de la racionalidad, la voluntad, y la libertad, que nos diferencian de los animales ya que tenemos la capacidad de superar los instintos y las pasiones.

Cada vez que estés a punto de caer en la tentación recuerda que Dios te ha dotado de inteligencia, de voluntad y de libertad, por lo tanto tienes una gran responsabilidad, atrévete a aceptarla y a vivir de una manera íntegra y plena, es decir, viviendo tu sexualidad de acuerdo al plan de Dios!

Por: Nancy Escalante

Fuente: ALMAS