A veces hay un vacío dentro de nosotros porque el sueño de Dios no se realizó en nuestra vida.

Gastamos las fuerzas para realizar nuestros sueños; agotamos las energías persiguiendo proyectos personales; sorprendiéndonos cuando alcanzamos la meta y dentro de nosotros aquella voz no se calló, aquel vacío no se llenó… es que son “nuestros” sueños y no lo que Dios soñó para nosotros.

Dios sueña con un pueblo que cree, cuando el mundo ya no consigue creer; que a pesar de todo, espera, espera que mañana será diferente; que ama, porque se descubrió amado.
Dios sueña con el día en que sus hijos no pasen hambre, ni se maten, ni se odien, porque descubrirán hermanos. El sueño de Dios es que el hombre viva el plan de amor que él construyó para tu vida.
Dios tiene sus planes para ti. Solo este plan te hará completamente feliz; de lo contrario queda una laguna, un hueco, un gran vacío dentro de nosotros.

Hoy, entrega tus planes a él y pregunta cuales son los planes de él para ti; esa pregunta no quedará sin respuestas. Él sabe cómo hacerte feliz, pues lo conoce mejor que tú mismo. Cree que lo que Él soñó para ti supera en muchos tus proyectos.

Dios es poderoso para realizar infinitamente más de lo que pedimos y hasta lo que pensamos.

Márcio Mendes
Misionero de la Comunidad Canción Nueva

Fuente: http://www.cancionnueva.com.es