El sufrimiento hace parte de la vida del ser humano, y él se lo cuestiona, esto es lo que más le hace sufrir y sufrir inútilmente, sin sentido.

Saber sufrir es saber vivir. Los que sufren también hacen sufrir a los demás. Por otro lado, los que aprenden a sufrir pueden ver un sentido tan grande en el sufrimiento que hasta pueden llegar amarlo.

Sin embargo, sólo Jesucristo nos puede hacer comprender el significado del sufrimiento. Nadie sufrió como Él y nadie como Él supo enfrentarlo (sufrimiento) y darle un sentido trascendental. Nadie lo enfrento con tanta audacia y coraje como Él.
Hay una distancia infinita entre el Calvario de Jesucristo y el nuestro; nadie sufrió tanto y tan injustamente como l. Por eso, Él es el “Señor del Sufrimiento”, como dice Isaías “El hombre de los dolores”.

Sólo la fe cristiana puede ayudar al hombre a entender el padecimiento y a librarse de la desesperación.

Muchos filósofos sin fe hicieron sufrir a muchos. Marcuse llevo a muchos jóvenes al suicidio. De la misma forma, Schopenhauer, recalcado y víctima trágica de las decepciones, llevó al pesimismo y a la tristeza a muchos. Zenón, padre de los estoicos, enseñaba una actitud ante el sufrimiento: sólo resignación mórbida, que, en verdad es mucho más un complejo de inferioridad. Lo mismo hizo Epicuro, que estimulaba una fantasía perjudicial y vacía, sin sentido práctico. De la misma forma, lo hacía Seneca. Jean Paul Sarte miraba la vida como una agonía incoherente vivida de modo estúpido entre dos nadas: comienzo y fin: tragicomedia sin sentido a la espera del nada definitivo.

Los materialistas y ateos no entienden el sufrimiento y no saben sufrir porque, el sufrir para ellos es una tragedia sin sentido. Sus libros llevaron la desesperación y el desánimo de muchos. “Wherther”, de Goethe, inducía a decenas de jóvenes al suicidio. “La Comedia Humana”, de Balzac, llevó a muchos a trágicas condenaciones. Después de leer “La nueva Heloisa” de Rosseau, una joven se reventó el cerebro en la plaza de Ginebra. Varios jóvenes también se suicidaron, en Moscú, después de leer “Los siete ahorcados”. De Leonid Andréiev.

Un día Karl Wuysman, escritor francés, entre el revólver y el crucifijo, escogió al crucifijo. Para muchos esta es la alternativa que resta.

Estos filósofos, sin fe, llevaron a muchos a la intoxicación sicológica, a la desesperación y la depresión, porque no podían entender el sufrimiento a la luz de la fe.

¿Quién nos enseña sobre el sufrimiento? Solamente Nuestro Señor Jesucristo y los que vivieron su doctrina. Ninguno de ellos dijo: “El Señor me engaño”. No. Al contrario, en los labios y en la vida de Cristo encontraron fuerza, ánimo y alegría para enfrentar el sufrimiento, el dolor y la muerte.

Algunos preguntan: si Dios existe, entonces, como puede permitir tanta desgracia, especialmente con personas inocentes?
¿Será que el todopoderoso no puede o no quiere intervenir en nuestra vida o será que no ama a sus hijos? Cada religión da una interpretación diferente para esa cuestión. La iglesia, con base en la Revelación escrita y transmitida por la Sagrada Escritura, nos enseña con seguridad. La respuesta católica para el problema del sufrimiento fue dada de manera clara por San Agustín ( t 430 ) y por Santo Tomás de Aquino ( t 1274 ): “ La existencia del mal no se debe a la falta de poder o de bondad en Dios; al contrario Él sólo permite el mal porque es suficientemente poderoso y bueno para quitar del mismo mal un bien mayor”

¿Cómo entender esto?
Dios, siendo por definición el Ser Perfectísimo, no puede ser causa del mal. Luego, está la propia criatura que puede fallar, ya que no es perfecta como su Creador. Dios no podría haber hecho una criatura perfecta, infalible, porque entonces sería otro Dios.

En verdad, el mal no existe, enseña la filosofía; este es la carencia del bien, por ejemplo, el dolor es la carencia del estado de salud; la ignorancia es la carencia del saber, etcétera

Por otro lado, el mal pude ser también el uso incorrecto, malo, de cosas buenas. Un cuchillo es bueno en la mano de la cocinera, pero no en la mano de un asesino… hasta una droga es buena, en las manos del anestesista.

El Altísimo permite que las criaturas vivan conforme a la naturaleza de cada una, permite, pues, las respectivas fallas. Toda criatura, entonces, por el hecho de ser criatura, es limitada, finita y por eso, sujeta a los errores y fallas, los cuales acaban generando sufrimiento. Así, el sufrimiento es, de cierta forma inherente a la criatura. El Papa Juan Pablo II, el 11/02/84, en la Carta Apostólica sobre ese tema dice que: “El sentido del sufrimiento es tan profundo cuanto el mismo hombre, precisamente porque manifiesta, a su modo, la profundidad propia del hombre lo sobrepasa. El sufrimiento parece pertenecer a la trascendencia del hombre ( Dor Salvifica, n 2 ) “De una forma u otra, el sufrimiento parece ser, y de hecho es, casi inesperable de la existencia terrestre del hombre” (DS, n 3)

Prof. Felipe Aquino.

Fuente: cancionnueva.com.es

Hermanos. Han sido días difíciles en mi país, gracias a Dios en mi ciudad no, porque es bastante nueva, deseo que todos quienes leen este blog reciban mi cariño, mis oraciones y mi solidaridad por los dolores que hoy enfrenten.

“Pon tu Gozo en el Señor porque Él te dará los deseos del alma”, es una canción que escuché hace ya mucho tiempo y hoy se me viene a la memoria cuando pensaba en qué escribir. Recuerdo que era una linda canción pero que cuando la aprendí no estaba muy interesado en Dios y por eso no le habia tomado la importancia que tiene.

Poner el Gozo en el Señor y no en la añadidura, no en las riquezas, no en lo material, que nuestro gozo no esté en lo que poseo (casa, auto, muebles, riquezas) sino en el Señor, en la fe y la esperanza de la vida eterna, en el saber que aquellos familiares que partieron están ahora con Dios donde ya no hay dolor ni sufrimientos, pero que los que sobrevivimos debemos vivir, levantarnos y seguir adelante, ya vimos que lo material se puede perder y es solo Cristo quien permanece.

Aquello que no perece anídalo en tu corazón a Jesús, a Dios Padre y al Espiritu Santo con sus dones. Dios nos da la oportunidad de “ser caritativos, pacientes y resignados” como rezamos cada mes de María.

Dios te bendiga

Alvaro admin

VATICANO, 28 Feb. 10 / 10:59 am (ACI)

Al finalizar el rezo del Ángelus este domingo, el Papa Benedicto XVI  expresó su cercanía espiritual a las personas que están sufriendo a causa del devastador terremoto que sacudió a Chile la madrugada del sábado.

Dirijo mi pensamiento a Chile y a las poblaciones afectadas por el terremoto, que ha causado numerosas pérdidas en vidas humanas e ingentes daños,” señaló el Pontífice, al hablar del sismo que ha costado la vida a cerca de 300 personas y ha producido graves daños materiales.

“Rezo por las víctimas y estoy espiritualmente cercano a las personas probadas por esta calamidad tan grave; para ellas imploro de Dios alivio en el sufrimiento y coraje en esta adversidad”; prosiguió el Pontífice.  “Estoy seguro de que no va a faltar la solidaridad de muchos, en particular de las organizaciones eclesiales”, destacó.

Fuente: Aciprensa

Te invitamos a escuchar el Evangelio del Domingo y un breve comentario, para preparar nuestro corazón al momento de vivir la Celebración Eucarística en el Día del Señor. Si tienes problemas con el reproductor, descárgalo en MP3 aquí.

 

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva

Cuando se escucha hablar sobre el “tomar su cruz cada día” (Lc 9, 23) se piensa en una carga, en un peso, en una dificultad o tribulación a llevar sobre nuestras espaldas. Puede ser que nuestra cruz sea muy pesada, pero el verdadero sentido de la cruz, no es el sufrimiento, sino la SALVACIÓN. Jesús sufrió, y consiguió la salvación para nosotros. Has pensado que esa dificultad por la cual pasas, y que Jesús nos invita a tomar, hace parte de tu salvación?

En este tiempo de Cuaresma, tomemos nuestra cruz, caminemos con ella, así como Cristo caminó. Tú no estás solo, Cristo te ayuda a llevarla, así como a Jesús también lo ayudaron a cargar con su cruz. Y recuerda, luego de la cruz, está la resurrección. Ánimo, sigamos caminando,  la alegría del Señor es nuestra fuerza (Ne 8, 10)

Dios te bendice!

Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva