‘Tengo sed’, fue una de las siete frases que Cristo dijo en la cruz. No solo lo dijo para que se cumpliera la escritura, más bien fue un grito que salió desde su corazón para ser escuchado por toda la humanidad.
Pero, de qué tenía sed Jesús? Claro, uno puede imaginarse en esos momentos de dolor, angustia que Jesús estaba pasando, era normal sentir esa sed ‘biológica’. Pero Jesús no solo tenía una sed de ese tipo.
Él tiene sed de ti. Incluso en esos momentos de sufrimiento que tuvo Jesús, él pensaba en ti. Tiene sed de dar todo su amor, sed de entregar su vida por ti, sed de limpiarte de los pecados con su sangre, sed de librarnos de todo mal. Sed de que tú acogas ese amor, de que le entregues su vida, de que lo conozcas, de que lo ames, de que lo sigas, de que contemples al que traspasaron, de que hables de Él (y con Él), sed de que hagas su voluntad.
Nosotros, en el día, sentimos sed de beber agua cada 2-3 horas. Imagínate cuánta sed tiene Jesús de ti: a cada segundo de tu vida.
Satisfagamos su sed.
Dios te bendice
Daniel Galaz
Comunidad Canción Nueva