La conexión entre el episodio del lavatorio de los pies y la Eucaristía está en el hecho de que en ésta, el Señor se “pierde” completamente. Jesús ya había dejado su divinidad, y se convirtió en hombre como nosotros. Hecho hombre se humilló aún más y enfrentó la muerte.
En la Eucaristía es como si Él bajase aún más, y “se eclipsase” totalmente: allí no muestra su divinidad, ni tampoco su humanidad. Él se pierde totalmente y asume la posición de alimento. En la forma y en la apariencia de pan y vino, Él “se eclipsa” totalmente y se convierte en esclavo de nuestro servicio.
Todo esto para que aprendamos a abandonarnos a nosotros mismos, para librarnos de todo egoísmo, vanidad y presunción. Para humillarnos y lavar los pies de nuestros hermanos, para asumir nuestra posición de esclavos de Jesús.
¡Dios te bendiga!
Tu hermano
Monseñor Jonas Abib
Fundador de Comunidad Canción Nueva
Fuente: cancionnueva.es
Comunidad Canción Nueva – Paraguay
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