Comenzamos nuestra experiencia en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra. Oración: Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Pedimos Señor que esta Palabra se vuelva viva y eficaz en nuestra vida, y no vuelva al Señor sin haber producido en nosotros el efecto.
Palabra: Habacuc 2, 14
“Porque, así como las aguas cubren el mar, la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor”.
Qué tremenda promesa hace el Señor por medio del profeta Habacuc, pues cuando en la Biblia se habla de conocimiento, podemos interpretar por experiencia. Dios quiere que experimentemos Su gloria. Usa una expresión hiperbólica, comparando esa experiencia que hará vivir a toda la tierra con las aguas que cubren al mar. ¿Puedes imaginar cuántos litros de agua cubren el mar? El Señor quiere revelar que tiene algo grandioso para aquel pueblo, pero que, en verdad, no es sólo para ese pueblo de esa época sino que esta palabra profética se vuelve actual cuando tomamos conocimiento de ella y abrimos el corazón para desear y clamar por la manifestación de la gloria del Señor, para la actualización de la profecía.
Experimentar personalmente, pero clamar para que la gloria de Dios llene la tierra y haga nuevas todas las cosas. Esa gloria disipa las tinieblas, ahuyenta el mal y ocupando su espacio. Toda la tierra fue creada para la gloria de Dios, esta es la realidad natural de la acción sobrenatural de Dios. El Papa Emérito Benedicto XVI dijo una vez que: “Las promesas del Señor son mayores que nuestras expectativas”. Dios quiere dar mucho sólo que nosotros somos los que pedimos poco y nos abrimos poco para aquello que Él quiere realizar.
Que esta profecía nos motive a querer más, a pedir más, y a abrirnos más a la gloria del Señor. Y a partir de entonces, todo lo que hagamos esté marcado por la gloria de Dios. No tengamos miedo, pues si el Señor quiere nadie lo puede impedir. Nuestro papel es simplemente el de desear, de esperar, de clamar para que el Señor manifieste Su gloria y cubra del conocimiento de Su gloria la faz de la tierra. No dejemos ni un día de clamar y pedir que la gloria de Dios llene y ocupe toda la faz de la tierra. Muchos que no conocen, que están alejados, que tal vez no conozcan a Jesús, dependen de nuestra osadía y de nuestro clamor. Hagamos nuestra parte, Dios hará Su parte.
Mortificación: Durante todo este día, pide al Señor que llene toda la tierra del conocimiento de Su gloria.
Oración y clamor: Señor, todo lo que tienes para mí es grandioso, nunca es poco siempre tienes todo. Sé que cuando deseo poco, recibo poco, pero a partir de hoy mi Señor y mi Dios, quiero experimentar la plenitud de Tu gloria, de la manera que anunciaste por medio del profeta Habacuc, como las aguas que cubren el mar. Sé que esa grandiosa gracia no es sólo para mí, sino que quieres manifestar esa gloria por toda la faz de la tierra, y me ofrezco para interceder, sabiendo la obra grandiosa que tienes tanto para mí como para toda la faz de la tierra.
No quiero ser egoísta Señor, pero pido que tu Santo Espíritu me ayude a ensanchar mi corazón y llevarme al compromiso de la oración para que esa profecía se cumpla. Aun así, clamo para que ese gran don suceda en mi vida, pues quiero tener el conocimiento de Tu gloria. Sé que eso traerá grandes y buenas consecuencias en mi vida, que tendré que salir de la comodidad, de la indisciplina, pero confieso al Señor que estoy preparado a pagar el precio,sea cual sea. Despiértame Espíritu y no me dejes ni un día sin clamar por la manifestación deesa gloria prometida para la faz de la tierra. Concédeme la gracia de compartir esta visión con mis amigos y hermanos, para que juntos hagamos un gran clamor.
Señor Dios, que se levanten hombres y mujeres de visión profética como Habacuc, y que estos que serán levantados por tu poder, no se cansen, no se desanimen y no paren de clamar mientras no vean la promesa de la manifestación de Tu gloria cumplida en toda la faz de la tierra. Gracias Señor por la consciencia y por la certeza de esta es la promesa que tienes para mí y para el mundo entero. Amén. Aleluya.
(Deja ahora libremente que el Espíritu Santo te lleve a una experiencia de un gran clamor y de toda la revelación que Él tiene para tu vida).