Devocional: Profecía del Avivamiento 41º dia

cancaonovaComenzamos nuestra experiencia en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra. Oración: Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Pedimos Señor que esta Palabra se vuelva viva y eficaz en nuestra vida, y no vuelva al Señor sin haber producido en nosotros el efecto.

Palabra: Filipenses 1, 21

“Porque para mí la vida es Cristo y la muerta una ganancia”

Es increíble mirar a un hombre de fe, mirar a alguien que verdaderamente ha experimentado a Cristo y ha permitido que Él cambiase no sólo su vida sino también sus conceptos, y diera un sentido nuevo a todo. Pablo es este hombre, es este modelo de alguien que se rindió de todo corazón, con toda su alma a Jesús. Él mismo en los Hechos de los Apóstoles testimonia tres veces de su encuentro personal con Jesús camino de Damasco, da énfasis a la obra que Jesús realizó en él, y con toda la doctrina que predicó y enseñó en sus cartas, da vida a la experiencia que tuvo.

En él vemos que el mundo perdió totalmente el sentido y el valor, que las cosas pasajeras de esta tierra no llenan ni los ojos ni el corazón. ¡Qué experiencia extraordinaria vivió este hombre, qué autenticidad, qué determinación, qué amor grandioso por Cristo y por la evangelización! Esto nos debe llevar a mirar para atrás y contemplar nuestro encuentro personal con Jesús. ¿Dónde fue tu camino de Damasco? ¿Cuándo fue? ¿En qué cambió tu vida desde entonces? Si tuvimos un encuentro personal con Jesús auténtico, muchas cosas cambiaron en nuestra vida, dimos pasos concretos, optamos por las cosas de lo alto, dejamosatrás las cosas viejas.

Pero, el tiempo, el tiempo pasó, y ¿cómo estamos ahora? ¿Será que no hemos experimentado esta vida nueva por continuar con las cosas viejas? ¿Con los conceptos viejos? ¿Con las prácticas del hombre viejo? Dijo Jesús: “Vino nuevo en odres nuevas”. El vino nuevo hace que la odre vieja estalle y si tú eres un hombre viejo, si nutres un corazón viejo, desgraciadamente no vas a poder soportar el vino nuevo del Espíritu Santo y va a estallar.

Miremos a Pablo, a su radicalidad, a su vida de oración, a su ardor misionero, y al contemplarlo veremos que él nunca perdió el norte, nunca se olvidó de donde vino y para donde estaba yendo, en la amistad con Jesús alimentó su conversión y alimentó también esa vida nueva que asumió delante de Cristo. Si nosotros no alimentamos la vida nueva, es decir, la intimidad con Jesús por medio de la oración, vamos a volver atrás en nuestra experiencia, y si dejamos de mirar a lo alto y dejamos de ver ahí nuestra meta, perderemos el norte, nos dejaremos seducir por este mundo y por las ofertas que recibimos. Es hora de retomar el norte, es hora de volver a nuestro camino de Damasco y reasumir todo lo Jesús hizo en nosotros, de eso depende nuestra salvación.

Siendo así podremos declarar sin miedo con Pablo: Para mí vivir es Cristo y morir es ganancia. Mira bien, vivir en Cristo, aquí en esta tierra, en todo lo que hagamos: en esta condición el morir sólo puede ser ganancia, pues es la certeza del cielo. Hoy necesito decirte algo: si has perdido el norte, es hora de retomar, el Señor te está dando una nueva oportunidad. Amén.

Mortificación: Hacer memoria hoy de nuestro encuentro personal con Jesús, retomar el norte de nuestra vida y de nuestra existencia. Dar importancia a lo que realmente tiene importancia en nuestro caminar. Si aún no has tenido un encuentro con Jesús como el de Pablo en el camino a Damasco, pide al Espíritu Santo que te lleve a Jesús.

Oración y clamor: Señor Jesús, al mirar el encuentro personal que Pablo tuvo contigo, me siento impulsado a volver al día de mi encuentro personal contigo y retomar con fuerza todo lo que experimenté y los propósitos que hice y viví desde aquel día glorioso. La oportunidad que el Señor me dio y todo lo que hizo en mí, fue un acto profundo de misericordia, de compasión, de amor de un Dios tan grande que vino al encuentro de esta criatura tan pequeña que soy yo.

Quiero retomar los propósitos, quiero vivir para Ti, y si perdí el norte, quiero retomar todo otra vez. Quiero tener un nuevo encuentro personal contigo, ahora, en esta oración, visítame Señor. Que este lugar donde estoy sea mi camino a Damasco, y que mi vida sea alcanzada poderosamente como fue la de Pablo. Necesito de Ti, mi Señor y mi Dios, necesito del toque de Tu amor, necesito oír Tu voz llamándome, necesito tener la vista curada de la ceguera.

Si fuera necesario en el día de hoy enviar un Ananías para imponer las manos sobre mí y bautizarme con Tu Espíritu Santo, envíalo, no quiero seguir siendo la misma persona, quiero ser un hombre nuevo, quiero vivir con la marca de este encuentro, que cambia todo y que da el valor verdadero a lo que realmente tiene valor, quiero volver al norte, y el norte de mi vida es el cielo, es la vida eterna. Sé que aquí todo va a pasar y que el tiempo que me has dado en esta tierra es exactamente el tiempo para que me prepare para el cielo. Como el apóstol Pablo, quiero declararte con toda la intensidad de mi corazón: para mí, de hecho, vivir es Cristo y morir es una ganancia.

Te pido, Señor, que por la fuerza de Tu Espíritu Santo, vuelva a vivir mi encuentro personal contigo, y mi bautismo con el Espíritu Santo, y que mi vida se vuelva totalmente a las cosas de lo alto, para el centro de mi vida, que es el cielo. Que de aquí en adelante Tú seas mi vivir, mi Señor, y morir será una ganancia, porque será el encuentro definitivo contigo en el cielo. Gracias por amarme tanto, gracias porque siempre tienes lo mejor para mí, gracias por esta nueva oportunidad que hoy recibo de Ti. Amén. Aleluya.

(Deja ahora libremente que el Espíritu Santo te lleve a una experiencia de un gran clamor y de toda la revelación que Él tiene para tu vida).

Traducción al portugués

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