Los acontecimientos pueden hasta cambiar de personaje, pero las acciones y consecuencias de la historia humana siguen según las elecciones de cada persona.
Queriendo o no, cada persona trae una historia de vida que puede determinar de manera positiva o negativa su presente, dejar consecuencias para su futuro y el riesgo de interferir en el futuro de otros. De ahí la importancia de conocer nuestra historia de vida y trabajar puntos que a veces impiden el desarrollo de nuestra verdadera esencia.
La sociedad moderna pasa por un fuerte momento en el cual la discriminación pasó a ser una autodefensa, uno de los telones de fondo de los problemas reales del ser humano que afecta a toda la sociedad, que por no conseguir defenderse, es arrastrada por la avalancha de prejuicios.
La búsqueda por la dignidad y por vivir en la verdad sobrepasando los obstáculos es el antídoto necesario para los tiempos actuales que intenta día tras día formas de derrotar lo justo, lo verdadero y digno del hombre: su historia.
Tenemos la oportunidad de por la respuesta que damos a las más diversas situaciones, colocar en jaque los sentimientos y emociones, que en vez de ayudarnos a equilibrar nuestra historia, acaba por marcarla negativamente y hasta conduciéndonos a los más diversos abismos interiores.
Creo que la satisfacción humana se da en la medida que la persona se coloca a disposición del otro con sus cualidades y dones, contribuyendo al crecimiento de la persona, pero también encontrando sentido en medio de la avalancha de egoísmo e individualismo, que mina aquello que es natural en cada persona, el deseo de contribuir al bien común.
Permanezcamos atentos aprovechando todas las oportunidades para contribuir en la construcción del mundo nuevo al cual todos queremos volver.
Estoy unido a ti en esa búsqueda de SER en la vida del otro el impulso que ese necesita.
¿Lo hacemos juntos?