La madre no se olvida del hijo

¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! ¡Dice el Señor! Is 49, 15

¿Cómo viviría un hijo que todo el tiempo fuera criado como si no tuviese madre? Seguramente crecería sin referencia materna y quedaría una laguna en su historia, pero como dice el profeta, aun si eso ocurriese, El, el Señor, jamás se olvidará. Recordé este pasaje cuando oí un testimonio que me dejó impactado.

Pasó con una familia evangélica tradicional y fiel a su credo. El marido es taxista y con su trabajo sustenta a la familia. La hija tenía un grave problema en la cadera que le impedía sentarse y sentía mucho dolor. En el mes de junio de 2012 al marido, como era taxista, le pidieron llevar unas personas hasta la Basílica Nacional de Aparecida, hasta aquí un momento normal de trabajo pero llegando allí él los acompañó en un pequeño tour hasta llegar a la sala de los milagros y ahí observó la cantidad de fotos y agradecimientos por las gracias alcanzadas y fue motivado a pedir por su hija que después de pasar por varios médicos de renombre, no descubrieron a fondo lo que ella tenía y tampoco quisieron asumir la responsabilidad de la cirugía.

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En aquel momento hizo su oración pidiendo a Nuestra Señora que si Ella había hecho tantos milagros pues que intercediera para conseguir un buen médico que asumiera la cirugía tan necesaria para la vida de su hija. Dos meses después un amigo conoció a un médico en la región y le contó el caso. En seguida se puso a disposición para un encuentro con la familia. Avisado el padre contactó con el médico, que los atendió y después de varios exámenes dijo que asumiría la tan esperada cirugía sin cobrar nada. Una vez más se demuestra que Dios no se deja vencer en generosidad y como en las Bodas de Caná, lo mejor quedó para el final.

Tras la cirugía la niña que antes no podía permanecer sentada por causa de tanto dolor, hoy puede sentarse y disfrutar de la convivencia familiar sin necesitar de pasar todo el tiempo de pie y hasta puede viajar, cosa que antes no podía hacer. Meses pasaron y sólo ahora el padre tuvo el coraje de compartir con algunas personas lo sucedido, pues siendo de familia protestante y para evitar conflictos prefirió omitir el hecho, incluso reconociendo la intervención de María que siendo una Madre discreta continua cuidando de los hijos, también de aquellos que por algún motivo viven alejados de su amor.

Esa es una de las muchas copas de vino que María deja que experimentemos de las tantas que ella, día tras día, intercede para que Jesús transforme la vida de sus hijos.

Tradução para português

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