Devocional: Profecía del Avivamiento 3º dia

cancaonovaComenzamos nuestra experiencia en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra. Oración: Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Pedimos Señor que esta Palabra se vuelva viva y eficaz en nuestra vida, y no vuelva al Señor sin haber producido en nosotros el efecto esperado.

Palabra: Jeremías 33, 3

“Llámame y te responderé; te comunicaré cosas importantes y recónditas que no conoces”. En esta época del profeta Jeremías, el pueblo estaba dividido en dos reinos- el reino del norte y el reino del sur. El reino del sur estaba compuesto por diez tribus, de las doce que poseía Israel, y en la historia tuvo diecinueve reyes, teniendo su sede en Samaria. El reino del norte estaba compuesto por dos tribus, la de Judá y Benjamín, con la sede en Jerusalén. Cuando Jeremías profetiza para ellos en ese capítulo treinta y tres, el reino de Judá estaba en el exilio, lejos de Jerusalén, lejos del Templo. Estaban en el exilio de Babilonia, porque habían abandonado al Señor y habían adorado a falsos dioses. Esta profecía es mesiánica, llena de esperanza. Dios hablaba a su pueblo, invitándole al clamor y a la oración. Queriendo devolverles la esperanza que el exilio les había arrancado. El Señor estaba con ellos en aquel momento de sufrimiento y humillación. Él continuaba siendo el Dios de Israel. Yo no sé cuál es la situación que estás viviendo hoy, pero tengo la certeza de que esa palabra es actual para tu vida, como también para la mía. Dios escucha nuestro clamor. Tal vez estás cansado de clamar y tienes la impresión de que el Señor no te escucha.

Tal vez estás en un exilio por haberle abandonado o por causa de la persecución o la incomprensión. Pero date cuenta,  hay una promesa, Él está escuchando tu clamor: Yo te oiré, dice el Señor, y además de oír, Él quiere mostrarte cosas grandiosas y sublimes que no conoces. Un gran peligro que corremos en nuestro caminar espiritual es pensar que ya sabemos todo y que hemos experimentado todo. ¡Qué pobreza cuando nos comportamos así! ¡Qué cerramiento a la novedad del Espíritu Santo! Dios es inagotable y aún tiene mucho más preparado para ti y para mí. Él quiere mostrarnos cosas grandiosas y sublimes, abrámonos y dejemos que lo nuevo de Dios fluya en nuestra vida. Te invito a hacer experiencia de esto.

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Mortificación: Dar el doble de tiempo que de normal para rezar. Es decir, si rezas media hora cada día, hoy vas a rezar una hora.

Oración y clamor: Espíritu Santo, necesito ir más allá de mi experiencia de oración, tengo que orar más, es una necesidad. Sé que tienes mucho más para mí y hoy he decidido que yo también quiero más. Quiero escuchar la voz de Dios, quiero acoger Sus revelaciones, quiero experimentar Su amor, que Él me dirija. Oye mi voz, escucha mi susurro, sondea mi corazón. Revélame, mi Señor, las cosas grandiosas y sublimes que tienes para mí. Estoy abierto, estoy preparado y quiero mucho más de Tu presencia y de Tu revelación. Aumenta el deseo por Ti, mi Señor y mi Dios, coloca en mí la disposición necesaria para orar más, para buscarte más, para clamar más. Yo te quiero, yo necesito de ti, tengo necesidad de Tu revelación. Tócame Señor, revélate a mí, Espíritu Santo. Revélame lo que quieres de mí, a donde me quieres llevar.

Ven Espíritu Santo, yo te adoro, yo te recibo, yo te glorifico, yo te exalto, yo quiero más de Ti. Ven Espíritu Santo, ven Espíritu Santo, ven Espíritu Santo. Amén. ¡Aleluya!

(Deja ahora libremente que el Espíritu Santo te lleve a una experiencia de un gran clamor y de toda la revelación que Él tiene para tu vida).

Traducción al portugués

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