Comenzamos nuestra experiencia en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra. Oración: Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Pedimos Señor que esta Palabra se vuelva viva y eficaz en nuestra vida, y no vuelva al Señor sin haber producido en nosotros el efecto.
Palabra: 2 Timoteo 4, 2
“Proclama la Palabra de Dios e insiste tanto si parece oportuno como si no lo parece. Argumenta, reprende y exhorta con paciencia incansable y con afán de enseñar”.
Ante esta Palabra del Apóstol Pablo, no quiero usar mis palabras para provocarte, quiero pedir al Espíritu Santo que te provoque con ella, pues la Palabra de Dios es suficiente para provocarnos e impulsarnos para caminar al frente y en la voluntad de Dios. Me siento impulsado a compartir una palabra del Papa Francisco para traducir esta palabra de Pablo e incendiar nuestro corazón: “Pablo pasó su vida de persecución en persecución sin desanimarse nunca.
Él miraba al Señor y continuaba adelante. Él incomodaba: con su predicación, con su trabajo y con su comportamiento, porque anunciaba a Jesús. El Señor quiere que sigamos adelante, que no nos refugiemos en una vida tranquila, en estructuras viejas. Pablo continua anunciando, porque tenía en si la actitud cristiana del celo apostólico. Celo apostólico no es entusiasmo por el poder, por el “poseer”. Es algo que viene de dentro, que el propio Señor quiere de nosotros. El celo apostólico proviene del conocimiento de Jesucristo, de nuestro encuentro personal con Él.
El celo apostólico tiene algo de locura, pero es una locura espiritual, saludable. Y Pablo tenía esta locura. Sin embargo, existen muchos cristianos tibios, que no quieren empeñarse: existen también los cristianos de salón, ¿no te parece? Aquellos educados, que saben dar hijos a la Iglesia con el anuncio y el fervor. Hoy pidamos al Espíritu Santo que nos dé este fervor apostólico y la gracia de incomodar las cosas que están tranquilas en la Iglesia; la gracia de ir a las periferias existenciales no sólo en las tierras distantes sino aquí en las ciudades, donde es necesario el anuncio de Jesucristo. Y si molestamos, bendito sea el Señor.
Como dijo el Señor a Pablo: ‘Coraje’ ”. (Papa Francisco – Homilia en la Casa Santa Marta, 16 de mayo de 2013). Creo que no hace falta que añada nada más a las palabras del Papa, sino simplemente decirte: ve y haz lo que Pablo dijo – y también – ve y haz lo que el Papa Francisco nos ha exhortado.
Mortificación: Pedir a Dios que coloque personas en este día para que las evangelices. Llama a otro hermano para ir contigo a evangelizar en las periferias existenciales: tal vez en un hospital, en una cárcel, en una casa de recuperación, en la calle, pero por amor a Dios, predica el Evangelio a aquellos que aún no lo han recibido. Termina pidiendo el bautismo en el Espíritu Santo para aquellos a los que el Señor te haya enviado y a los cuales has ido.
Oración y clamor: Señor, como el Apóstol Pablo, quiero afirmar: ay de mi si no evangelizo. Tras todo lo que he meditado con la Palabra de Pablo y con la del Papa Francisco, quiero pedirte esta gracia del fervor apostólico, de este celo que me hace salir de mi e ir a los necesitados. Si hasta ahora vivía acomodado, no evangelizaba, dejé de anunciar la Buena Nueva, quiero colocarme a disposición de Tu Santo Espíritu para que me uses en este ministerio. Quiero evangelizar con fervor y con total disposición, quiero vivir la misma osadía de los apóstoles, y que mi evangelización tenga eficacia, que el poder del Señor acompañe el anuncio de la Palabra, y que ella sea seguida de milagros, señales y prodigios. Deseo experimentar lo que dijo el Papa Francisco; tener ese celo apostólico en mí, vivir esta locura espiritual.
Que mi vida esté marcada siempre por la actitud cristiana y por este celo, siendo Jesucristo el centro de mi evangelización. Pablo anunciaba a Jesús y tenía los ojos fijos en Él y no en las dificultades, ni en los desafíos de la evangelización. Sé que este celo apostólico viene del conocimiento del Señor Jesús y por eso quiero crecer en el conocimiento y en la intimidad Contigo, quiero gastar mi tiempo a Tus pies en oración y en meditación de Tu Santa Palabra para que el Espíritu Santo encuentre un corazón preparado para ser enfervorecido, incendiado, y llenado de celo apostólico.
Aléjame de la comodidad, de la indiferencia y de la insensibilidad respecto a los que aún no te conocen y no han recibido el anuncio de la Palabra. Espíritu Santo de Dios, llévame a proclamar la Palabra a tiempo y a destiempo, dame la gracia de reprender, exhortar y enseñar, pues fue para eso que el Señor me creó y me escogió desde el vientre de mi madre, para ser testimonio de Tu Evangelio. Puedes contar conmigo Señor, puedes usarme de la manera que quieras, lléname de este celo apostólico, coloca en mi corazón pasión por las almas, retira de mi todo miedo de hablar de Tu amor. Ven Espíritu Santo, y haz de mí Tu instrumento. Aleluya.
(Deja ahora libremente que el Espíritu Santo te lleve a una experiencia de un gran clamor y de toda la revelación que Él tiene para tu vida).